sábado, 3 de octubre de 2009

Artículo de Ferran Monegal:María Casado, nueva presentadora de '59 Segundos'.

'La crisis, el Estado y la vida salvaje'

ferran Monegal

Acaba de debutar María Casado al frente del 59 segundos en castellano, para toda España (TVE-1), después de haber demostrado en Catalunya (59 segons, La 2) que sabe presentar y moderar con aplomo y elegancia los debates de los espadachines de la política, y criaturas aledañas. Precisamente eligió para su debut un multicolor buquet de políticos del arco parlamentario, entre los que cabe distinguir al socialista Jesús Caldera por el impagable mensaje que nos transmitió. Con notable esfuerzo por contagiarnos alegría, nos decía con la ilusión de un niño pequeñito: «¡Es tiempo de esperanza! –y no se refería a Esperanza Aguirre; pero sigamos–. El punto más crítico de la crisis ya ha pasado. Y debemos hacer una reflexión: ¿qué hubiera ocurrido si no hubiésemos tenido el Estado? ¿Eh? De esta tremenda crisis vamos a salir gracias a eso, ¡gracias a la fortaleza del Estado!». Y el diputado del PP Esteban González Pons, que le escuchaba realmente maravillado, aprovechó entonces para advertir, con una retranca muy grande: «Si el punto más duro de la crisis ya ha pasado, no será necesario subir los impuestos», y seguramente por dentro se estaba desternillando. ¡Ah! Este arranque de Caldera ha sido de antología. Esa advertencia apocalíptica (¿Qué hubiera ocurrido si no hubiésemos tenido el Estado?) la esgrimió para tranquilizarnos, pero, francamente, nos preocupó más: sin Estado, todos salvajes, pululando por los árboles. ¡Ah! Quién sabe, quizá ahí la palabra crisis no tendría ni sentido ni lugar.

‘CONSELLERA’ Y LIMPIADORA.-- También el compañero Joan Barril ha debutado esta semana en Barcelona TV al frente de un programa de corte estríctamente político, titulado El rusc. Nos decía, al comenzar: «En la colmena de la política hay miel y también aguijones», y acto seguido entrevistó a la consellera Tura, que es pura miel, delicadeza personificada. Pero nuestro admirado Barril le soltó de golpe y porrazo: «A veces da la sensación de que usted es la señora de la limpieza del estamento judicial. Les mantiene la casa ordenada y limpia, pero no manda». ¡Ah! Entendamos a Barril: no es que de pronto se hubiese transformado en un bárbaro. Era una forma de piropo, heterodoxa, que le estaba lanzando a Montserrat, sobre la marcha.

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